lunes, 1 de octubre de 2007

Postales

Mamá llama desde Buenos Aires, llora por teléfono y yo no se cómo explicarle por qué estoy tan lejos. Silvia pone a lavar la ropa blanca, la de color gotea en la soga. Mi hermana me manda un e-mail y me cuenta que su hijo, mi sobrino, el otro día le preguntó si Barcelona era el cielo, si en realidad su tío había muerto. En el noticiario, una moto destrozada es la imagen de un muerto que no puede mostrarse. En el MSN aparece Diego, me pregunta si estoy, no respondo, nunca respondo cuando me preguntan si estoy, si no estoy tampoco respondo, no me gusta el MSN. Mis hijos juegan a que juegan, para ellos un domingo en familia, Silvia y yo somos su única familia y todos los domingos desde que han nacido mis hijos son en familia para ellos. Le respondo a mi hermana y le digo que hable con mamá, que la veo triste y que a mi sobrino le explique que para hacer preguntas de adulto hacen falta años de preguntar tonterías. Lo llamo a Diego, miento, le explico que no estaba en el ordenador, que estaba lavando la ropa, que muy bien, me alegro por tu ascenso, yo me compré una moto. Silvia descuelga el vestido negro, antes habló con mamá y le explicó por qué estoy tan lejos. Mis hijos juegan a que es un domingo en familia aun que no sea domingo ni estén en familia. En el noticiario, una moto destrozada es la imagen de un muerto que no puede mostrarse. Mamá no llama por teléfono pero llora; mi sobrino nunca más pregunta por mí.

1 comentario:

Lula dijo...

el desarraigo duele, pero uno se acostumbra
besos!!!,
presidenta del club de fans de tu página