jueves, 17 de mayo de 2007

El revés de la última ola

Gastón pasa las yemas de sus dedos por la imagen detenida en la fotografía ahora amarillenta, acaricia los ojos de su madre y piensa que si ella lo hubiera visto una sola vez, tan sólo una, esos ojos no serían tan esquivos; una sensación helada recorre su cuerpo, la sangre se detiene, los ojos se apagan y se va la vida porque él no aparece pero se intuye vestido de muerte, y entonces ella se extingue sin palabras, él llora su culpa pero ella callará por siempre el nombre de su asesino.

1 comentario:

Lula dijo...

tristemente hermoso