viernes, 11 de mayo de 2007
Lejos
Cuando hubo dado el quinto paso por entre la hojarasca, se detuvo. Sintió el crujir de la última hoja aplastada bajo su suela y de inmediato, la necesidad implacable de un paso más, un nuevo crujir y otro paso, hojas que explotan y se deshacen a media que él avanzaba. Después llegaría el verano y entonces él pudo acostarse a descansar: estaba muy lejos de casa.
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